lunes, 30 de septiembre de 2019

Todos estamos hechos de estrellas, Rowan Coleman

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Título: Todos estamos hechos de estrellas
Autora: Rowan Coleman
Género: narrativa romántica
Editorial: Umbriel
Sinopsis:
¿Qué pasaría si tuvieras la oportunidad de escribirle una carta de despedida a la persona que amas?
¿Qué le dirías?
Stella Carey tiene buenos motivos para aceptar el turno de noche en el hospital donde trabaja. Casada con un veterano de guerra que ha regresado de Afganistán brutalmente herido, Stella se refugia cada noche en su trabajo, mientras su esposo Vincent se encierra en casa, incapaz de dormir debido al estrés postraumático que padece.
Stella Carey escribe las cartas que le dictan sus pacientes para sus seres queridos (algunas llenas de humor, de cariño y consejos prácticos; otras, impregnadas de arrepentimiento), con la promesa de echarlas al correo después de su muerte.
Hasta que una noche escribe una carta que podría dar a su paciente una última oportunidad de redención, si la entrega a tiempo…

Lo de este libro fue un auténtico flechazo y el presentimiento de que iba a ser una buena historia, solo con el título y la portada. En este ritmo frenético de publicaciones pasaría desapercibido aunque he de decir que es de 2015, pero te voy a contar igualmente mi opinión y si puedes hacerte con él, no lo dudes. 

La premisa de la novela ya te lleva a sospechar que derramarás alguna lágrima porque el hecho de leer las últimas palabras que las personas que ven su final próximo quieren hacer llegar a sus seres queridos es para emocionarse. Precisamente esto es lo que más me ha gustado de la novela, el intercalar esas cartas de personajes que ni siquiera salen en la novela pero que sabes que están en la clínica y que Stella las ha escrito, que te hacen emocionarte a cada momento.

Hay tres personajes principales que te van contanto en primera persona el momento que están viviendo. Comienzo con Stella, la enfermera del hospital de cuidados paliativos. Stella trabaja en el turno de noche, todo está tranquilo, y prefiere pasar esas horas nocturas allí porque en casa se encuenrta Vincent, su marido, a quien parece no poder ayudar y eso la frustra a ratos y la enfada a otros. Stella ofrece a los pacientes escribir sus últimas palabras para quienes ellos quieran y se compromete a entregar esas cartas una vez fallezcan; sin embargo, una paciente en concreto le hace plantearse qué ocurriría si interviniera y entregara esa carta antes de tiempo. 

Justo eso se plantea en un momento complicado con Vincent. Él es militar y regresó de Afganistán con muchas heridas físicas y psicológicas a las que tiene que hacer frente irremediablemente pero no está ni mucho menos preparado para afrontar.

La dinámica de este matrimonio es desgarradora. Sabes, por Stella, cómo se conocieron y cómo todo era fácil antes de aquel momento en que todo cambió; Vincent está sumido en su propio mundo y no es capaz de moverse para salir de las sombras que le rodean; la culpa le mantiene horas despierto y siente que la relación con Stella jamás podrá repararse.

Hope es una joven que llega hasta la clínica para terminar de recuperarse de un episodio complicado derivado de la enfermedad que padece: fibrosis quística. Sabe que es una enfermedad incurable pero saldrá de esta. La estancia en el Marie Francis es absolutamente reveladora por las personas a las que conoce, sobre todo por Issy, una adolescente que no cuenta con tanto tiempo como ella y cómo sus breves conversaciones la hacen reaccionar. Un acuerdo con Ben, su mejor amigo de siempre, será la mecha que prenda una serie de acontecimientos que pueden hacer que ambos se sinceren por fin.

Y por último, Hugh, un hombre que lleva la vida que cree que le hace feliz, con casi ningún compromiso sentimiental y con un gato escapista, una noche conoce a su nuevo vecino de al lado, un niño de diez años y a la madre de este. Tras un primer encuentro algo accidentado se crea una relación de vecinos pero que le aporta mucho de lo que creía no necesitar y todo gira de nuevo en su vida cuando recibe una carta inesperada que puede poner fin a un dolor antiguo.

Todos ellos experimentan la posibilidad de una segunda oportunidad pero tendrán que saber verlo a tiempo porque si algo es seguro es el tiempo finito que todos tenemos. Este libro habla de esa mortalidad, de los pequeños detalles que se escapan y a lo que solo se dan importancia cuando ya es demasiado tarde y, por supuesto, habla del amor en todas sus formas y sin importar cuándo llegue; hay que arriesgarse, luchar y disfrutar. 

1 comentario:

  1. Hola guapa :)
    Parece que es un libro muy emotivo e intenso, de esas lecturas que te dejan resaca.
    De momento, dejo su título a la espera.
    Besos

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