Pasando el día en Sin Mar

martes, 14 de noviembre de 2017

Hola! Esta semana es muy especial porque quedan tres días para que vea la luz Tu maldita sonrisa, la tercera entrega de la serie Sin Mar y en la que conoceremos por fin la historia de Álex y seguro que Cherry nos va a hacer sufrir y reír y emocionarnos, vamos, como en los dos anteriores.
Aquí te dejo el link a las reseñas, que ya te digo, si aún no los conoces, no lo dudes más!!:

Nos lo hemos pasado genial haciendo la entrevista, lanzando preguntas a todos los protas y sorprendentemente no han rehuido ninguna!
Las fantásticas compañeras que han participado ha sido Patricia (La Narradora), Bea, Esme, Fanny, Patricia (Las hermanastras de Cenicienta) y María (Gatos de biblioteca)
Adelante!!




¡Hola, chic@s! 

Hoy vengo con una gran sorpresa. No sé si vais a matarme o quererme más, pero a falta de solo unos días para que «Tu maldita sonrisa» vea la luz, os traigo una entrevista en la que me lo he pasado bomba, porque no me la han hecho a mí, sino a los personajes de Sin Mar.

Sí, no miento, lo prometo. Nos hemos colado en la casa de los cuatrillizos, hemos reunido a toda la familia sin excepción en el salón, nos hemos sentado en sillones, sofá y hasta en el suelo, buscando un hueco para una entrevista en la que las chicas de (nombres y enlaces de blogs o cuentas de Instagram o lo que sea) no se han cortado y han hecho todo tipo de preguntas que, espero, os gusten tanto como a nosotras.

¡Disfrutadlas y no dejéis de contarme qué os parece!



—Álex, ¿cómo has sobrevivido tantos años junto a una loca, una estirada y una llorona y sigues teniendo ganas de acostarte con mujeres?

Sobreviví a una loca que me hace reír, a una estirada que se empeñó en hacer el papel de la madre que no tuve y a una llorona que me abraza cuando sabe que algo va mal. Me sigo acostando con mujeres porque sé, por experiencia, que hasta lo malo en ellas merece la pena.



—Julieta, ¿Cómo pudiste elegir entre Diego y el Vikingo con lo de moda que está el poliamor?

Julieta: ¡Eso mismo digo yo!

Diego: Ya estamos.

Vikingo: A mí trío no importa —Diego gruñe— pero mejor con Juli, no, que ya es como hermanita.

Diego: mejor.

Julieta: Todavía no es tarde para comprarme un vibrador y ponerle nombre. ¡Yo no me muero sin probar un trío!

Diego: Por Dios, siguiente pregunta.



—Julieta, si Diego fuera una canción, ¿cuál sería? Lo mismo para Esme: ¿qué canción sería Nate?

Julieta: Hay miles de canciones que me gustan para nuestra historia, pero cuando escucho I’m yours de Jason Mraz siempre pienso en él, así que supongo que sería esa.

Esme: Hymm for the weekend de Coldplay es una canción que siempre me hace recordar cómo es Nate.  



—Julieta, imagínate que las peques te ven el cucu sin querer. ¿Estás preparada para un “Mami, quiero a la patrulla canina o a Mickey Mouse en el mío”? Que, oye, todo puede ser, y en la playa te veo más de brasileña que de braga normal, ¡y a la novia cadáver se la ve de lejos!

—Julieta: Yo en la playa soy de brasileña y no soy de no llevar nada porque se me pone el poli tonto. Si mis hijas me dicen que quieren un tatu, compro permanentes, ¡y a vivir la vida!

Diego: Ni de jodida coña vas a pintar los culos de las niñas.

Julieta: Ya veremos, ya veremos…



—Diego, ¿qué drogas tomabas para la ración de Lerdisusi? ¡Porque muy en tu ser no creo que estuvieras! Hace falta una buena dosis de drogas duras para no enterarte de lo que hacías.

Julieta: Esta es buena. Dale, poli, que quiero oírte.

Diego: ¿Me puedes dejar contestar MIS preguntas?

Julieta: ¡Como que tú no te metes en las mías! Venga, contesta.

Diego: No tomaba drogas. Simplemente, pensaba que me bastaba con lo que tenía. Era una relación cómoda y práctica.

Julieta: Y Lerdisusi tenía una escoba súper molona en la que te paseaba cada noche.

Diego: ¿Qué? ¡No!

Julieta: Pues, hijo, es incomprensible que te hayas liado con semejante bicho, entonces.

Diego: El sexo era bueno. —Julieta eleva una ceja y se cruza de brazos—. Nada comparado a lo que hacemos tú y yo, pero…

Julieta: Déjalo, mejor, que todavía duermes en la calle.

Diego: Sí, mejor me callo ya.



—Javier (padre de cuatrillizos), ¿nunca pensaste en salir corriendo cuándo eran adolescentes?

Pensé en salir corriendo casi cada día desde que nacieron, pero la adolescencia fue, sin lugar a dudas, una etapa a la que no volvería de buen grado. Por suerte todo pasa y he conseguido que lleguen a la edad adulta vivos y siendo, más o menos, personas normales.



—Marco, ¿te mando ubicación de mi casa o sabes llegar sin problemas?

Envíala, voy activando el GPS ;)



—Amelia, ¿no tienes bastante con mediar entre tus hermanos, que te queda tiempo para ayudar a los demás? ¿Cómo lo haces?

Amelia: Bueno, es un poco distinto. Mediar entre mis hermanos es algo que tengo interiorizado desde pequeña. Mi trabajo es bastante más difícil, sobre todo porque debo procurar no implicarme emocionalmente.

Álex: Que es algo que se te da como el culo, dicho sea de paso.

Amelia: Fuera, Álex, esta es mi pregunta.

Álex: Ya la has contestado y yo he puesto el matiz. Siguiente.



—Amelia, hija mía, mucho pensar en los demás, pero, ¿qué pasa contigo?

Soy feliz así, pensando en los demás. Sería más feliz aún si mis hermanos no fueran tan sobreprotectores conmigo, pero supongo que no se puede tener todo en la vida.



—Marco, ¿cómo es convivir con Julieta?

Marco: Es como darle cocaína a la niña del exorcista.

Diego: Eh, no te pases.

Marco: De hecho, creo que me he quedado corto. Es caótica, gritona, excéntrica, metomentodo. Es… Es… —Suspira y chasquea la lengua—. Es una de las personas que más he querido y querré en toda mi vida.

Julieta: ¡Ay, mi Chucky! Yo también te quiero, mi amol.

Marco: Pero, ¿por qué te metes? Joder, no puede uno ni contestar sus preguntas tranquilamente.

Julieta: Ven aquí, ¡dame un besito!

Marco: ¡Pero no me achuches delante de las chicas, que me haces parecer un crío!

Julieta: Eres un crío.

Marco: Soy un hombre, ¿quieres que te lo demuestre?

Diego: ¡Marco! —Resopla y niega con la cabeza—. Mejor pasamos a la siguiente pregunta, o acabaremos teniendo una discusión en plena entrevista.



—Nate, ¿qué te llevó a querer estudiar pediatría?

Siempre me han gustado los niños. Tengo paciencia, soy tranquilo y creo firmemente que todo el mundo debería gozar de buena salud, pero los niños ni siquiera deberían enfermar, así que, si puedo contribuir a cuidarlos un poquito, me doy por satisfecho.  


—Amelia, ¿cómo sería tu chico ideal?

Me gustaría que fuera dulce, cariñoso, respetuoso e inteligente, pero, sobre todo, me gustaría estar con un chico que valorase las buenas acciones tanto como yo. Que no criticase mi forma de ver la vida y me entendiera al cien por cien. 



—Diego, ¿te has planteado que las peques pueden salir a Julieta en cuanto a carácter? ¿Qué harías?

      a) Irte a vivir a una isla desierta.

      b) Meterlas a los tres (incluida Juli) en un internado.

      c) Ir a por el tercero para que te apoye con la manada.

Sí que me lo planteo, sobre todo porque intuyo que, por el camino que llevan, van a ser muy parecidas a ella, pero, ¿sinceramente? No haría nada de eso. Pienso sentarme y mirarlas mientras me embobo y pienso en la suerte que he tenido en la vida.



—Esme, si pudieras elegir, ¿a cuál de tus hermanos (incluida tú) te gustaría que se pareciera (en cuanto al carácter) tu bebé?

Lo he pensado alguna vez y, si pudiera elegir, creo que querría que se pareciera a Julieta. Sé que parece una locura, porque nos pasamos la vida discutiendo, pero ella se quiere y se acepta tal como es. Sabe que no puede gustarle a todo el mundo por su forma de ser y, aun así, es feliz. Amelia es todo corazón, pero sufre mucho. Álex adora el riesgo y se enfrenta a cosas trágicas a menudo, y Julieta es feliz solo con estar viva. Es capaz de encontrar un motivo para reír a carcajadas en algo que los demás, ni siquiera vemos.



—Álex, con todas las mujeres que hay en tu vida, ¿qué tiene que hacer una para sorprenderte?

Lo que ya ha hecho: sonreír.



—Álex, ¿cuál es la mejor anécdota que has vivido con cada una de tus hermanas?

De Amelia, la vez que encontró una rata callejera y me hizo llevarla a casa, la metió en el armario de su cuarto sin saber que pariría días después y mi padre tendría que llamar a los fumigadores.

De Esme recuerdo que, una vez, con ocho o nueve años, la profesora nos dio una nota en la que pedía a mi padre que fuese a hablar con ella de nuestro proceso. Nos habíamos portado mal y quería darle la charla, básicamente, así que Esme nos quitó todas las notas, las escondió y se presentó ella en el colegio asegurando que mi padre no tenía tiempo para tonterías y que podía contarle a ella lo que fuese que le suponía un problema.

Y de Julieta hay tantas que no sé si la que elija será la mejor, pero ahora me viene a la mente aquella vez que apostó contra nosotros que era capaz de convencer a mi padre de que nos llevara a Disneyland Paris. Como no lo consiguió tuvo que pasearse por la urbanización desnuda. La policía la pilló y la llevó a casa mientras Conchi le gritaba a mi padre que controlara a la desvergonzada de su hija. Lo de mi hermana con la policía es que viene de lejos, como podéis apreciar.



—Para Julieta y Esme: Si tuvierais que elegir el mejor y el peor momento de vuestra vida, ¿cuál sería?

Julieta: El mejor, el nacimiento de nuestras hijas y, más en concreto, el momento en que Marco entró en la habitación para conocerlas y nos convertimos en una familia de cinco. El peor… diría que hay dos:  uno fue pelearme con Diego y estar sin él y sin Marco. El segundo fue enfrentarme a mi hermana y sentirme como una perra por no haber hecho las cosas de otra forma cuando supo que estaba embarazada.

Esme: El mejor de mi vida fue el nacimiento de Noah. El peor, todo lo que pasé e hice pasar a mi familia por mi causa. Lo que los hice sufrir a todos, sobre todo a Nate… será algo que me pesará siempre.



—Julieta, si tuvieras que intercambiar tu carácter con una de tus hermanas… ¿a quién elegirías? ¿A Tempanito o a la buena de Amelia?

Me gustaría ser Tempanito para saber qué se siente teniendo el poder de congelar con la mirada y para tener, aunque sea un ratito, esos ojos verdes que tanto envidio.

Amelia es un trozo de pan, pero se enfrenta a tantas cosas todos los días que no creo que tuviera la capacidad de aguantarlo. 



—Álex, con semejantes mujeres en tu vida, a cada cual más rara, ¿no pensaste irte de casa y no volver?

Casi tanto como pensé en echarlas a ellas para siempre, pero son como garrapatas y sé, porque lo sé, que estas tres van a estar pegadas a mí toda la vida, para lo bueno y para lo malo.



—Para todos, si os pudierais llevar solo una cosa a una isla desierta, ¿qué sería?

Amelia: Un cuaderno para escribir todo lo que me ocurriera.

Julieta: Un barco para volver cuando me diese la gana.

Diego: El barco de Julieta cargado con ella, las gemelas y Marco.

Esme: El barco de Julieta cargado con ella, las gemelas, Marco, Diego, Nate, Noah y el resto de la familia.

Álex: pues ya que estamos en el barco, yo pongo el alcohol.

Javier (padre): Y yo la carne.

Marco: Yo no llevo nada porque mi sola presencia debería haceros sentir agradecidos.

Carcajada general.

Sara: Yo llevo el resto de comida, que no todo va a ser carne.

Nate: Yo llevo el botiquín, que luego vienen los accidentes y nadie piensa en eso.

Einar: Vikingo molón lleva música.

Julieta: Pues mira, así, a lo tonto, ya tenemos pendiente una barbacoa en una isla desierta.




—Para los cuatro: ¿Qué cambiaríais del pasado?

Esme: Siempre digo que cambiaría la forma en que me enfrenté al dolor de mi aborto, pero, en realidad, creo que, si tuviera la posibilidad, no lo haría. El conocimiento es lo que me ha hecho ver la vida de otra forma. Ahora no permito que mis anhelos se conviertan en el centro de mi vida y no los antepongo a mi familia, que es lo que más quiero, así que, en el fondo, incluso lo peor me dio algo bueno.

Julieta: Sí, sí, eso está muy bien, pero yo cambiaría sin pensármelo el momento en que Lerdisusi me tiró al suelo en la yincana.

Diego: ¿En serio?

Julieta: Pues sí.

Diego: Fue la primera vez que te tuve entre mis brazos. Lo siento, pero yo no lo cambiaría.

Julieta: Hombre, visto así… es que me derrites, poli, no es justo.

Álex: yo cambiaría la forma en que hice que… No, espera, que eso aún no puedo contarlo ;)

Amelia: Yo cambiaría muchas cosas, pero hay una que me encantaría borrar y no puedo contar, porque es secreto de sumario.

Álex: Me parece que yo lo sé.

Amelia: Que te calles, Alejandro, que te calles.

Risas de Álex, fruncimiento de ceño de Esme y Julieta.

Nate: Mejor pasa a la siguiente pregunta, antes de que en esta se líe.



—Para los cuatro hermanos: ¿Qué creéis que es lo mejor y lo peor de cada uno de vuestros hermanos?

Julieta: Lo mejor de Esme es que no se deja llevar por el pánico y lo peor es que es una mandona. Lo mejor de Álex es que, pese a lo mucho que se queja, siempre está a nuestro lado, y lo peor es que, a veces, es tonto, el pobre. Lo mejor de Amelia es que tiene un corazón que no le cabe en el cuerpo y lo peor es que ese corazón hace que pierda de vista su propio bienestar en demasiadas ocasiones.

Esme: Lo mejor de Julieta es que sabe verle el lado bueno a las cosas que raramente lo tienen y lo peor es que está como una cabra. Lo mejor de Álex es su valor, casi siempre, y lo peor su inmadurez. Lo mejor de Amelia es su corazón, coincido, y lo peor es que no mira por sí misma lo que debería.

Álex: Lo mejor de Julieta es que se acepta tal como es. Está zumbada, pero lo reconoce y es feliz con eso, lo peor es que le cuesta mucho ponerse seria y pedir ayuda cuando sufre. Lo mejor de Esme es que sabe cuidarnos a todos, nos entiende como solo lo haría una madre, aunque no lo sea. Lo peor es justo eso, que a veces se cree nuestra madre y se pasa con las ordenes. Lo mejor de Amelia es… Amelia, en sí misma. Lo peor también es ella misma, porque se hace daño con ciertas actitudes y no sabe cómo parar, o eso creo.

Amelia: Lo mejor de Julieta es que no se preocupa en exceso por las cosas y eso es algo que envidio mucho. Lo peor es que, a veces, se pasa de intensa. Lo mejor de Esme es su lealtad hacia las personas que quiere, lo peor es lo que le cuesta abrirse. Lo mejor de Álex es que no tiene miedo de casi nada, o eso parece. Lo peor es que, a veces, se pasa de sobreprotector.



—Para Álex, Esme y Julieta: ¿Cómo creéis que es el chico ideal de Amelia?

Álex: Trabajador y de buen corazón.

Julieta: Que la entienda, que no se desespere cuando ella llene la casa de personas o bichos recogidos de la calle.

Esme: Que sepa ver la grandeza que tiene y la ayude a no perderse en sí misma y sus ansías de querer ayudar a los demás.

Álex: Y sobre todo que sepa anteponer a Amelia a todo lo demás, porque es algo que no sabe hacer ni ella misma.



—Para todos, habladnos de vuestros ex.

Álex: Lo mío es fácil, mi relación más larga no ha llegado a durar dos meses y se acabó porque soy un inmaduro incapaz de comprometerme con nada, o eso dicen.

Esme: Yo tuve una relación de tira y afloja con alguien y, con el tiempo, descubrí que rompimos, en gran parte, por mi culpa, porque le prestaba más atención a mi trabajo que a él. Supongo que no era amor del bueno.

Julieta: Mi ex es Einar, así que no puedo decir nada malo. Lo único malo de nuestra relación fue que no fuimos capaces de enamorarnos. Nos lo pasamos genial, nos quisimos mucho, pero no nos amamos.

Amelia: Yo este tema prefiero ni tocarlo, la verdad.



—Marco, ¿qué quieres ser de mayor?

Quiero seguir trabajando en el restaurante de mis abuelos. He descubierto que me encanta pasar las horas allí, así que intento aprender todo lo posible para hacerlo cada vez mejor y un día poder ocuparme sin problemas de todo. 



—Julieta, ¿cómo fue el momento en el que te diste cuenta de que estabas embarazada? ¿Cómo se lo dijiste a Diego?

Cuando tuve la primera falta se lo achaqué a los nervios, pero después de varios días Diego me convenció de comprar un test, porque aquello no era normal. Me hice la prueba, salió positivo y me quedé en shock, por todo lo que estábamos pasando con Esme. Me sentí la peor hermana del mundo y me inflé de comer helado Kinder. Diego se infló a cerveza. Acabamos vomitando los dos, por distintas razones, y yo, además, lloré mucho, aunque luego me repuse e intenté verlo con optimismo. No fue el mejor momento de nuestras vidas, me debatí mucho tiempo entre querer a mis bebés con toda la fuerza de mi ser y sentirme culpable, aunque no lo fuera… Por suerte al final todo se solucionó y ahora estamos felices de la vida. 



—Einar, ¿cómo es tu vida amorosa después de alguien tan intenso como Julieta?

Sigo buscando amor verdadero. Estar con Juli fue divertido, pero no fue amor.



—Einar, ¿vas a volver a mostrarte como Dios te trajo al mundo? (Creo que es de los momentos más buenos que he leído jamás)

Yo no tengo problemo. Odio ponerme ropa, pero salir a calle sin nada es prohibido.  



—Einar, todos recurren a ti para pedirte ayuda a horas intempestivas, cuéntanos un momento en el que has sido tú el que les has llamado para pedirles consejo o un favor…

Einar: Todavía no ha pasado, pero no hay problemo. Cuando yo tenga mujer de mi vida y la cague, llamaré mucho a todos y no podrán poner quejas.

Diego: Se dice «No podrán poner pegas».

Einar: Ni pegas, ni quejas, porque vikingo molón está hasta huevos de que no dejéis dormir.



—Nate, ¿cómo es ser el pediatra de las gemes de Julieta?

Un poco agobiante. Julieta sería capaz de tenerme dos horas revisándolas por un simple estornudo.



—Sara (mujer de Javier, padre de los cuatrillizos). ¿Realmente sabías dónde te metías cuando aceptaste casarte?

No tenía ni idea, y eso que Javier intentó avisarme. Jamás olvidaré aquella primera escena en el aeropuerto… Sin embargo, soy más feliz aquí de lo que lo he sido en ningún otro sitio.



—Álex, ¿por qué no hemos conocido a ningún compañero bombero? Háblanos de ellos…

No los habéis conocido todavía, pero en mi historia lo haréis. Conoceréis, sobre todo, a Sandro, mi mejor amigo, compañero de fatigas y también de fiestas.



—Para todos: ¿Cuál es vuestro libro favorito?

Amelia: Orgullo y prejuicio.

Julieta: Drácula

Esme: La ladrona de libros.

Álex: El señor de los anillos.

Diego: El padrino.

Nate: Las aventuras de Huckleberry Finn.

Einar: El principito.

Marco: Si soy sincero, estoy leyendo más ahora, porque mi vida ha sido… bueno, estoy empezando ahora y me gusta cualquier cosa en la que haya intriga o acción.



—Amelia, ¿cómo desconectas de tu trabajo?

Me gusta mucho leer, pasear, escuchar a los Backstreet Boys cuando me deprimo y, sobre todo, reunirme con mi familia, ya sea en una barbacoa o en el salón de casa. Pasar tiempo con ellos hace que desconecte de todo.



—Para todos: ¿Dónde vais a pasar vuestras siguientes vacaciones?

Álex: Para saber eso, tenéis que leer mi historia, porque nos vamos de vacaciones, ¡y es una locura!



—Para todos, si os tocara un millón de euros, ¿en qué lo gastaríais?

Julieta: Vacaciones por el mundo con Diego, Marco y las gemelas.

Esme: Pagaría la hipoteca y montaría mi propio despacho de abogados.

Álex: Compraría una casa enorme para mi chica y nuestra familia.

Amelia: Me compraría un terreno enorme y crearía un hogar en el que los niños y jóvenes de la calle pudieran pasar sus días y ratos libres sin sentir que la calle los absorbe poco a poco. También donaría a varias fundaciones una parte y…

Julieta: Como sigas, al final te falta.

Amelia: Pero, ¿por qué no me dejas en paz? ¡Siguiente pregunta!



—Marco, ¿temes la locura de las navidades (comidas, regalos…)? Cuéntanos cómo es una Navidad con la familia.

La verdad es que empecé a celebrar la Navidad cuando conocí a mi tío y el resto de la familia, así que más que temerla, intento adaptarme a la locura que se desata esos días en casa. Julieta cuelga guirnaldas de luces por todas partes, incluso por los marcos de las puertas, aunque mi tío se ponga de los nervios. Canta villancicos a grito pelado, nos chantajea para que le digamos qué vamos a regalarle y nos asegura que este año va a llenar el río del portal de Belén de ron, porque todos los años lo dice y nunca la dejamos. Y eso es solo una pequeña muestra. El resto de la familia intenta ignorarla y hacer sus propios planes, comemos juntos, paseamos, vamos a ver las luces de la ciudad… Hacemos cosas que supongo que hace todo el mundo, pero para mí significan mucho.



—Julieta, teniendo una tienda de artículos de broma, tienes que contarnos el primer Halloween con las niñas…

¡Será la bomba! Pero tengo pensado disfrazarlas antes de eso. ¡Y ya no digo más, que tenéis que leer «Tu maldita sonrisa»!



—Para todos (o para quién se atreva a contestar) ¿Cómo imaginabais que sería vuestra vida hace cinco años?

Julieta: Creo que hablo por todos si digo que la imaginábamos de muchas formas, pero ninguna escena era tan buena como la realidad.

Esme: De acuerdo.

Álex: Sí, yo imaginaba una realidad completamente distinta, pero, joder, cómo me alegro de estar equivocado.

Amelia: Pues yo la imaginaba tal como es.

Julieta: Es que aún no te ha llegado el amor. Cuando te llegue y sepas lo que es dormir abrazada a esa persona y follar cada mañana, aunque tengas los ojos medio pegados, verás cómo nos das la razón.

Esme: Viva la finura…



—Julieta, ¿qué harías si en el futuro la pareja de tu peque fuera el retoño heredero de Lerdisusi? ¡En plan Montesco vs Capuleto!

Julieta: No voy a decir que eso no pasará nunca, porque el karma tiene un sentido del humor de lo más extraño, pero ahora que me lo has dicho, rezo para que eso no ocurra jamás.

Diego: Y si aun así ocurriese, y de verdad ese chico hiciera feliz a nuestra hija, haríamos lo posible por quererlo y aceptarlo en nuestra familia.

Marco: Di que sí, acabas de quedar como un rey, cuando todos sabemos que da igual que las niñas traigan al mejor chico del mundo como novio, porque nunca, nadie, nos va a parecer lo bastante bueno como para estar con alguna de ellas.

Diego: Pues también es verdad.

Julieta: Como salgan a mí, lo más probable es que sí se presenten con el hijo de Lerdisusi, o algo peor.

Diego: ¿Sabéis qué? Pensar en esto me pone mal cuerpo, así que vamos a dejarlo ya.

Marco: Completamente de acuerdo.



—Para las parejas que ya tienen libro: Julieta y Diego, Esme y Nate: ¿Qué tres palabras definirían vuestra relación? Creo que también podría contestar Álex, ¿no? Y bueno, si Amelia y Marco nos dicen qué tres palabras querrían que definieran su futura historia… ¡genial!

Diego: Locura, risas, amor. ¿Estás de acuerdo, pequeña?

Julieta: Completamente, poli.

Nate: Persistencia, amor y…

Esme: Familia.

Nate: Sí. —Sonríe y asiente—. Sí, familia es la tercera.

Álex: Las tres palabras que definen mi relación serían: Amor, por supuesto, sonrisas y valentía, con todo lo que eso implica.

Amelia: Pues yo dos de tres no las sé, pero hay una en la que coinciden todos y estoy de acuerdo. Amor debe ser lo que defina cualquier relación para empezar.

Marco: Yo no pienso tener ninguna relación, así que no contesto.



—Álex, ¿cuál es el mayor defecto de tu pareja y la mayor virtud? Y si tu pareja está por aquí, que conteste lo mismo sobre ti.

Álex: No tiene defectos.

Ella: Oh, por favor, no seas pelota solo porque estoy delante. Tu mayor defecto es que eres un inmaduro.

Álex: Anda que te lo has pensado.

Ella: Soy sincera. Tu mayor virtud es que, cuando te decides a querer, lo haces de forma abrumadora y absolutamente perfecta.

Álex sonríe. La mira, la sigue mirando, la besa y contesta.

Álex: Su mayor defecto es que le cuesta confiar en la gente. Su mayor virtud es que, a pesar de eso, encuentra la forma de dar una oportunidad a las personas que considera que lo merecen. Del hecho de que consiga aguantarme ni siquiera hablo, porque eso más que virtud, es algo heroico.

Ella sonríe, y él suspira solo por eso.



—Álex, ¿qué es lo que más te gusta de una chica? Y no me vengas con que las tetas y el culo ¡porque te palmeamos la cara entre todas!

Creo que todas las mujeres tienen algo que las hace especial, pero si tuviera que decir qué es lo que más me gusta, diría que es el tesón; la valentía.



—A la futura pareja de Álex: ¿Cuál de sus hermanas te gusta más y por qué?

Me temo que, si contesto eso, voy a quedarme calva por las dos que pierdan, así que me reservo el derecho a guardar silencio.



—Diego, Nate y la churri de Álex, ¿con quién organizaríais una cita a ciegas para vuestra cuñada Amelia?

Diego: Con nadie, Amelia es demasiado buena para la gente que conozco.

Nate: Creo que pienso lo mismo.

Chica de Álex: Yo tengo a alguien en mente, pero de momento voy a guardar silencio.




—Diego y Julieta, ¿a quién confiaríais el cuidado de vuestras hijas si os pasara algo?

Julieta: Se las dejaría a cualquiera de la familia, pero creo que el poli y yo coincidimos en que, si nos pasara algo, querríamos que sus vidas cambiaran lo menos posible, así que se quedarían con Marco. Es un hermano mayor/tío maravilloso y estamos seguros de que lo haría de maravilla.

Diego: Y permanecerían los tres juntos, que es lo más importante para nosotros. 



—Eli, ¿te hace alguien tilín?

Siempre hay alguien que nos hace tilín ;)



Cherry, ¿en qué te inspiras para los títulos y para las portadas? ¿Eliges los colores a conciencia?

Los títulos los saco siempre conforme escribo. Por lo general en algún momento hay una frase o una escena que cobra sentido. Suelo decir que es como probarte un vestido de novia: cuando encuentras el que es perfecto para ti, lo sabes.

Los colores ahora sí que los elijo a conciencia, pero al principio me dejaba llevar por mi maravillosa Red Lips, como siempre, que es la que me da las ideas la mayoría de las veces. 



Cherry, ¿tenías claro desde un principio las historias de los cuatro hermanos, o han ido surgiendo sobre la marcha? Y el orden, ¿tenías claro cuál iba a ser?

No, las historias, al principio, nunca las tengo claras. La de Julieta salió sobre la marcha, la idea de Esme la tenía, pero no sabía cómo iba a desarrollarse. Con Álex me pasó lo mismo, tenía una idea muy generalizada y una vez que empecé a escribir, yo misma fui descubriendo ciertas cosas que… ya veréis. Y con Amelia pues, de momento, lo mismo: tengo una idea general que, con un poquito de suerte, se convertirá en una bonita novela.

El orden no lo tuve claro en un principio. De hecho, cuando acabé «Y que te quedes» todavía no sabía hacia dónde iba a dirigirme. Cuando elegí Álex finalmente, Amelia quedó la cuarta por descarte.



—Marco, ¿piensas independizarte alguna vez?

Marco: Lo pienso, pero me he pasado toda la vida siendo independiente a la fuerza y ahora me apetece estar con mi familia.

Diego: Y que te pagamos las facturas.

Julieta: Y que te ponemos de comer…

Marco: También me dais la vara con vuestras tonterías y no me quejo.

Julieta: ¡Uy! Que no se queja, dice, será en un mundo paralelo, porque en el mío no paras, hijo, no paras.

Marco: ¿Te das cuenta de que yo he dicho algo bonito y la habéis cagado con vuestras respuestas? ¡Si es que sois un coñazo, joder!

Julieta: ¿Coñazo yo? ¡Pero si soy la bomba!

Diego: Ya está bien, que al final siempre tenemos que dar la nota. Despedíos todos, que vamos a comer.

Álex: Cherry, despídete tú, ¡y no te olvides de decir lo de mi libro!

Cherry: Cierto. Me despido esperando que os haya gustado la entrevista con esta panda de locos y espero que tengáis tantas ganas de leer «Tu maldita sonrisa» como yo de que me deis vuestra opinión.

¡Un besito enorme, cerecit@s!

Espero que hayas disfrutado de esta locura y el viernes, presentación de Tu maldita sonrisa!! No te la pierdas ;)

1 comentario:

  1. Hola!!!! Que ganas de leerlo que tengo!! Gran entrevista jajaja!!!

    Besitos

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