Autores: Saray García
Género: romántica contemporánea
Editorial: Vergara
¿Y si el proyecto más importante de tu vida resulta ser reconstruirte a ti misma desde los cimientos?
Elizabeth lo tiene todo: un buen trabajo, una familia que la adora y la vida cómoda y segura que siempre deseó alcanzar en la gran ciudad.
Solo que ese trabajo ya no la motiva tanto como solía hacerlo.
Tampoco sabe muy bien cómo lidiar con el amor que la rodea.
Y, aunque evite pensar en ello, su vida no es más que una cortina de humo que la protege de los recuerdos.
Por eso, cuando se le presenta la oportunidad de diseñar un hotel en medio de un bosque, Elizabeth se lanza sin sospechar que, de la mano de la ilusión renovada y la promesa de libertad, llegarán también el doloroso pasado, los miedos casi olvidados y algo incluso más aterrador: él.
Él, que es calma donde ella es tormenta.
Él, que está dispuesto a enseñarla a mirar el mundo sin prejuicios.
Él, que enfrenta su irritante orgullo con sonrisas que la hacen temblar.
Y mientras los muros de su hotel se vayan alzando, Elizabeth descubrirá que los que ella construyó a su alrededor hace muchos años ya no son tan infranqueables. No para él.
Qué ganas tenía de volver a leer a Saray, en esta ocasión, el primer libro con editorial, pues ya tenía la bilogía de Lucía (Antes de conocerme y Después de encontrarme) y dos libros de la serie Cicatrices (Estamos hechos de polvo de estrellas y Estamos hechos de gotas de lluvia) en Amazon. En esta nueva historia vamos a conocer a Elizabeth, su mundo, o lo que deja ver, y cómo de celosamente guarda su pasado, un pasado que estallará delante de sus narices cuando menos lo esperaba.
Esta arquitecta treintañera tiene una vida de lo más acomodada: trabaja en el estudio de su padrastro, adora a su hermanastra aunque a veces es un poco pesada, la relación con su madre es buena pero algo distante (más bien porque no quiere tener que dar explicaciones) y obtiene de los hombres aquello que busca que no es más que diversión con las horas contadas, pero... Pero algo falla en su vida, cierto conformismo que la retiene y no deja fluir todo lo que tiene dentro, esa creatividad en el diseño que tan feliz la hace se ve apagada con el diseño de edificios sin alma. Es cuando más baja de ánimo está cuando llega un proyecto capaz de hacerla despertar, pero no es tan fácil poner en práctica ideas que hace mucho que no hace caso.
Por eso, con alguna que otra artimaña, Elizabeth verá que su vida de urbanita da un giro radical cuando tiene que trasladarse al sitio donde se levantará un hotel diferente, íntimo, ligado a la naturaleza, pero ese viaje que tenía que potenciar su creatividad desata un tsunami de proporciones épicas.
Cameron no le pide mucho más a la vida de lo que ya tiene; tiene un negocio propio, herencia familiar, que adora, es bueno en lo que hace, su hermano y la familia de este viven cerca y el transcurrir de los días en su pequeña comunidad es plácido y sin sobresaltos. Una noche, que quería terminar cuanto antes todas sus tareas y descansar en su cama, se ve envuelto en las redes, no muy malignas, de una rubia de ciudad con ganas de salir corriendo mucho más allá de los límites del pueblo. No tiene más remedio que ser un buen vecino y ayudarla a llegar a casa, pero la mañana siguiente todo será confusión y malos entendidos que darán para sentimientos vergonzosos en una y muchas risas en el otro.
Elizabeth no puede creer que haya vuelto al punto de partida, el lugar que juró que jamás volvería a pisar, pero esa coraza de aspecto impenetrable va perdiendo fuerza y le cuesta cada vez más mantener a todo el mundo alejado, incluido Cam. Él sigue con su vida pero no puede evitar introducir pequeños cambios que le llevan hasta ella, invariablemente, y más cuando sus trabajos se entrelazan y sus caminos no pueden dejar de cruzarse.
¿Qué quiere mantener escondido Elizabeth a toda costa? ¿Podrá Cameron dejar que siga siendo tan inaccesible cuando él se muestra transparente? Una historia con muchos altibajos, para mí, al principio, me costó algo ubicarme y me pareció un poco más lenta en comparación con cómo se acelera todo al final y con el gran giro en la trama de Elizabeth que te deja boquiabierta. La trama romántica es muy bonita, con ese toque idílico que dan los entornos apartados y conectados con la naturaleza.
Adéntrate en esta historia y vive unas semanas de retiro en medio de la nada donde poder reconectar con muchos aspectos del pasado, curar heridas, pero revivir también momentos dolorosos; un lugar para enamorarte y valorar lo que se tiene y lo que quiere tenerse en el futuro, donde replantearse si seguir como hasta entonces merece la pena cuando se ha conocido la plenitud. ¿Te animas?
