Gente normal, Sally Rooney

jueves, 31 de octubre de 2019

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Título: Gente normal
Autora: Sally Rooney
Género: narrativa
Editorial: Literatura Random House
Sinopsis:
Marianne y Connell son compañeros de instituto pero no se cruzan palabra. Él es uno de los populares y ella, una chica solitaria que ha aprendido a mantenerse alejada del resto de la gente. Todos saben que Marianne vive en una mansión y que la madre de Connell se encarga de su limpieza, pero nadie imagina que cada tarde los dos jóvenes coinciden. Uno de esos días, una conversación torpe dará comienzo a una relación que podría cambiar sus vidas.
Gente normal es una historia de fascinación mutua, de amistad y de amor entre dos personas que no consiguen encontrarse, una reflexión sobre la dificultad de cambiar quienes somos. La segunda novela de Sally Rooney acompaña durante años a dos protagonistas magnéticos y complejos, dos jóvenes que llegamos a entender hasta en su contradicción más sonada y en sus más graves malentendidos. Esta es una historia agridulce que muestra como nos conforman el sexo y el poder, el deseo de herir y ser herido, de amar y ser amado. Nuestras relaciones son una conversación a lo largo del tiempo. Nuestros silencios, lo que las define.

¿Qué es "ser normal"? Ninguno de los protagonistas lo es porque sus singularidades, y las de todos nosotros, marcan la diferencia; ambos protagonistas, pero sobre todo Marianne tiene en mente esa idea de convertirse, de querer ser una persona normal y no puede ver lo extraordinaria que es y todo lo que puede aportar. Asistes a un período limitado de tiempo en la juventud de estos dos irlandeses y tal ycomo llegaste a sus vidas, les dejas. Un shock que te hace querer seguir leyendo y saber hacia dónde irán.

Connell es un chico popular pero tímido a la vez. Encaja a la perfección en el instituo, juega al fútbol, ha tenido relaciones con algunas chicas, tiene amigos y le ha criado su madre, quien le tuvo muy joven y siempre han sido ellos dos. Los días que trabaja para la familia de Marianne él va a buscarla para regresar a casa en coche y serán esos breves momentos cuando tengan la oportunidad de hablar y conocerse más allá de las apariencias.

Marianne es todo un misterio; es una chica que no se relaciona con nadie en el instituo, no asiste a fiestas, es muy inteligente, pero su vida social, de tan reducida, es inexistente. Esto provoca en los demás una necesidad de etiquetarla y encasillarla en el papel de "la rara"; no la comprenden y la reacción de la mayoría es o bien ignorarla o atacarla de una forma pasivo-agresiva. Los momentos en los que puede hablar con Connell en privado se muestra como verdaderamente es, una joven con un gran sufrimiento dentro pero interesada en establecer un vínculo con alguien.

Su último año de instituto lo cambia todo porque comienzan una relación, pero clandestina; experimentan juntos pero entre las paredes de una habitación, nunca muestran en público que se conocen más allá de verse por los pasillos del instituto. Esta dinámica puede hacer que veas a Connell con otros ojos, pero las presiones sociales son las que son y él no se ve con la suficiente fuerza como para dar la cara por Marianne.

Sus conversaciones, ya desde el primer momento, son demoledoras, una de las cosas que más me han gustado y enganchado del libro. La profundidad con la que tratan temas diversos: el futuro, la familia, las relaciones, los amigos, con un aparente tono liviano pero que te deja pensando en ellas mucho tiempo. En concreto, al hablar del futuro inmediato, será Marianne quien anime a Connell para que intente ir al Trinity. 

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Hay un antes y un después de ese momento. En el instituo son unos, él seguro de sí mismo y ella la marginada, pero cuando se reencuentran en la universidad, las tornas han cambiado y no puedes más que alegrarte. Marianne, lejos del asfixiante círculo donde se ha criado parece que ha florecido, es otra, tiene amigos, es el centro de conversaciones, por fin ha encontrado su sitio, pero en el caso de Connell, la ciudad se le queda grande y la sensación de incomodidad que siente traspasa las páginas.

La relación que mantienen, de forma no lineal, es un componente fundamental en quiénes se van convirtiendo, cómo van cambiando aspectos de ellos mismos pero otros permanecen inmutables. La familia de ambos es fundamental en esto. Donde la madre de Connell le ha prestado un amor incondicional y una confianza desde siempre, la madre y el hermano de Marianne se han mostrado fríos con ella y en el caso del hermano se atisba un caso de malos tratos. Cada vez que leía una escena de ambos se me ponían los pelos de punta, más por lo que se deducía que por lo que se mostraba.

El último año de instituto y los primeros de universidad son una montaña rusa para ambos. Pasan por muchas fases, algunas desconcertantes, otras felices y plenas, experimentan la tristeza, el desconcierto, la frustración y algunos malentendidos que hacen que sus caminos se separen o vuelvan a juntarse. Un ir y venir donde atisbas la complejidad de Marianne, diría que mucho mayor que la de Connell, y la sensación agridulce que te queda cuando terminas el libro.

Es un libro para leer despacio porque aunque no sea muy extenso sí que hay que pensar sobre cada escena, cada etapa que van superando y hasta puedes jugar a adivinar qué vendrá después porque si por algo se caracteriza este libro es por el constante cambio en la vida de los protagonistas, una evolución que les hace ir variando, creciendo y poniéndoles en el camino de encontrarse a ellos mismos. Una pequeña joya.

1 comentario:

  1. Me ha gustado tu reseña, yo lo leí en un AVE Sevilla-Tarragona �� y del tirón. Dentro de un tiempo lo releeré para saborearlo, me gustó bastante.

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